Alimentos para perder peso para siempre
Perder peso no trata solo —ni siquiera principalmente— sobre calorías. Sorprendentemente, ganamos peso cuando los mecanismos naturales de control del peso se ven perturbados por la inflamación, una respuesta inflamatoria de baja intensidad causada por dietas pobres y toxinas medioambientales.
Cuando las personas engordan, el tejido graso extra produce leptina, una hormona que suprime el apetito y acelera el metabolismo. En teoría, esto debería causar que las personas perdieran el peso extra.
En lugar de eso, la inflamación del tejido graso y de los vasos sanguíneos estimula la producción de sustancias químicas antiinflamatorias. Estas sustancias desactivan la capacidad de la leptina de suprimir el apetito y acelerar el metabolismo. Es lo que se llama resistencia a la leptina.
Para combatir la resistencia a la leptina, se ha desarrollado una dieta resistente a la grasa basada en las últimas investigaciones de los mejores institutos, como las universidades de Harvard, Johns Hopkins y Rockefeller. Comer los alimentos y suplementos adecuados puede eliminar la inflamación crónica y reprogramar los mecanismos de pérdida de peso del cuerpo.
El eje central de la dieta no es el control de calorías. La idea es tomar alimentos que proporcionen nutrientes antiinflamatorios.
Un problema muy importante en la mayoría de las dietas para perder peso es el uso de endulzantes artificiales y sustitutos de la grasa para reducir las calorías. La sustitución de estos productos, presentes en los alimentos naturales, priva a tu cuerpo de nutrientes antiinflamatorios esenciales. A continuación, una lista de los principios más importantes que debes seguir para asegurarte de que consumes nutrientes antiinflamatorios:
Consume pescado al menos tres veces por semana. Los ácidos grasos omega-3 del pescado poseen potentes propiedades antiinflamatorias. Algunos pescados ricos en omega-3 y relativamente bajos en mercurio son las anchoas, caracoles marinos, caballa (solo del Atlántico), bacalao negro, salmón (fresco, enlatado o ahumado, salvaje o de piscifactoría) sardinas (Atlántico), esturión y atún (atún azul fresco o en lata, no albacora).
Equilibra los ácidos grasos esenciales. La proporción óptima de ácidos grasos omega-6 y omega-3 es de 4:1. La proporción en la dieta media americana está cerca del 20:1. Un exceso relativo de grasas omega-6 en los tejidos provoca que las células produzcan niveles excesivos de sustancias químicas proinflamatorias llamadas prostanoides. El mejor abordaje es disminuir la ingesta de omega-6 y aumentar la ingesta de omega-3.
- Alimentos ricos en omega-3: Pescado, semillas de lino, nueces y habichuelas blancas, habichuelas pintas y soja.
- Alimentos ricos en omega-6: carne roja, pollo, leche, huevos y la mayoría de los aceites vegetales, como el aceite de maíz, de girasol y de cártamo.
Reduce las grasas no saludables. Las grasas saturadas (se encuentran principalmente en la carne de res, cerdo y cordero, en lácteos y en la piel de gallina) deberían limitarse a no más del 10% de las calorías totales. No comas nada de grasas trans. Esto significa que hay que evitar cualquier alimento preparado con aceite vegetal hidrogenado o parcialmente hidrogenado. En este grupo se incluyen muchos dulces comerciales y algunos productos de comida rápida. Tanto las grasas saturadas como las grasas trans aumentan enormemente los niveles de sustancias químicas inflamatorias.
Toma 25 gramos de fibra todos los días. Una dieta rica en fibra ayuda a controlar el apetito y a reducir la inflamación. Un estudio realizado por el Centro para la Prevención y Control de la Enfermedad descubrió que las personas que consumían la mayor cantidad de fibra tenían los niveles más bajos de la proteína c-reactiva (CPR), que indica la presencia de sustancias químicas inflamatorias en el organismo. Todos los alimentos procedentes de plantas contienen algo de fibra. Entre las mejores fuentes de fibra están las alubias, los granos integrales y los vegetales.
Come frutas y vegetales llenos de color. Come al menos nueve porciones diarias. Los vegetales con colores y sabores intensos son ricos en flavonoides y carotenoides, compuestos químicos que poseen un efecto antiinflamatorio. Toma al menos una porción de arándanos, cerezas o granada al día. Estas frutas contienen antocianinas, que se encuentran entre los agentes antiinflamatorios más potentes.
Elige vegetales del género allium y de la familia de las crucíferas. Las crucíferas son vegetales de sabor fuerte, como el brócoli, la coliflor, la berza y el repollo. El género allium incluye cebollas y ajo. Ambas clases de vegetales reducen la inflamación crónica y disminuyen el riesgo de cáncer, particularmente de cáncer de seno. Come al menos una porción de cada clase al día.
Usa solo las claras del huevo o yemas de huevo sin romper. El colesterol de las yemas tiene relativamente poco efecto sobre el colesterol en sangre, pero si la yema se rompe, el colesterol se oxida y produce subproductos inflamatorios. Los huevos enteros cocidos o pasados por agua están bien. Evita los huevos revueltos y las tortillas de huevos enteros.
Usa hierbas aromáticas y las especias que son potentes antiinflamatorios. En este grupo se incluyen la albahaca, el cardamomo, el cilantro, la canela, el clavo de olor, el jengibre, el perejil y la cúrcuma. Úsalos todos los días. Evita los chiles y los jalapeños, que pueden desencadenar la inflamación.
Toma el extracto de Irvingia gabonensis y Cissus quadrangularis combinados. El extracto purificado de la semilla de Irvingia gabonensis y Cissus quadrangularis muestran un verdadero avance en la medicina natural, ya que ayudan a mantener niveles adecuados de las hormonas leptina y adiponectina, que son las hormonas encargadas de regular la sensación del hambre y la saciedad, promoviendo una reducción del apetito.
En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yaoundé (Camerún) se evaluaron los efectos del extracto de Irvingia gabonensis en combinación con Cissus quadrangularis (planta medicinal usada en compuestos farmacéuticos para perder peso) durante 10 semanas.
Las personas fueron divididas en tres grupos iguales de forma aleatoria: uno ingirió placebo, otro Cissus quadrangularis y el último una mezcla de Cissus quadrangularis e Irvingia gabonensis.
Tomaron la dosis (cápsula) que les correspondían dos veces al día antes de las comidas y se indicó no hacer grandes cambios en la dieta ni ejercicios durante el transcurso de la investigación.
Los resultados arrojaron que el grupo Cissus quadrangularis consiguió bajas significativas en el peso total, grasa corporal, circunferencia de la cintura, colesterol total, colesterol malo y glucosa en sangre, a diferencia del grupo placebo. Sin embargo la mezcla Cissus quadrangularis / Irvingia gabonensis experimentó reducciones aún mayores. El estudio concluyó que “esta fórmula en conjunto podría ayudar a tratar la obesidad y sus complicaciones relacionadas”.
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